La elección de un procesador de AMD puede verse condicionada por varios motivos: a igual frecuencia de reloj, son sustancialmente más económicos que los de Intel y el rendimiento que nos ofrecen es excepcional. Es cierto que hace unos meses los Athlon superaban en prestaciones, por ejemplo en nuestras pruebas SYSmark, a los Pentium III a la misma velocidad, pero la aparición en el mercado del chipset 815E de Intel ha situado a sus procesadores al mismo nivel, o incluso unos puntos por delante de los Athlon, en las pruebas anteriormente mencionadas. Sin embargo, no hay duda de que los "micros" de AMD, tanto los Athlon como los Duron, presentan la mejor relación calidad/precio del mercado. Respondiendo a tu pregunta, la elección de un micro de AMD no tiene por qué producir ningún tipo de problema a la hora de afrontar futuras ampliaciones. La placa base sí impone más limitaciones en este aspecto, restringiendo parámetros de nuestra configuración como la cantidad de memoria RAM que podemos instalar o el número de tarjetas PCI a conectar.
Por otra parte, la cantidad de memoria caché de segundo nivel afecta directamente al rendimiento de nuestro "micro", pero también la velocidad con la que realizamos las operaciones de lectura/escritura sobre esta memoria es vital. Los Athlon en formato Socket A compensan esta reducción en la caché con una mayor velocidad de acceso a la misma, ya que esta memoria está integrada en el núcleo del microprocesador. Este hecho y la mejor capacidad de refrigeración de los micros en formato socket, frente a los que instalamos en slot, hace preferible adquirir un procesador con conexión tipo Socket A, lo que se ve reforzado por una mayor presencia en el mercado de placas con este formato de conexión.
© 2002 VNU Business Publications España. Queda terminantemente prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin el permiso explicito y por escrito del propietario del copyright.