Para encontrar el origen del fallo, debes ir descartando todas las posibilidades. Lo primero es comprobar si se trata de un problema de configuración. Para ello, puedes probar a bajarte la última actualización de la BIOS, en www.giga-byte.com, e intentar habilitar la cache desde la pantalla de configuración. Tu placa no dispone de jumpers, por lo que la BIOS es la única opción de configuración que tienes. También es recomendable que intentes cargar los valores por defecto y, si se soluciona el problema, cambiar después a mano el resto de parámetros, según te convenga.En caso de que la situación no mejore, deberás asegurarte de que tu "micro" y tu placa funcionan. Existen algunos programas shareware -como el TestCPU, incluido en nuestro CD de este mes- que realizan un chequeo de tu sistema, mostrando por pantalla los datos más importantes. Debes observar el apartado de la memoria cache y comprobar que aparece deshabilitada. Si no es así, puede deberse a un fallo en tu placa, ya que la información que te proporciona la BIOS no es correcta.
Como última opción, debes comprobar el microprocesador, lo que resulta bastante complicado de hacer en tu propio equipo. Por eso, te recomendamos que busques algún conocido que tenga una placa para K7 en la que puedas pinchar tu procesador. Comprueba antes que la cache está habilitada en la BIOS con el procesador "bueno". Tras apagar el equipo, intercambia los chips y vuelve a entrar en la BIOS. Si la cache aparece desactivada, debes acudir a la tienda donde compraste tu K7 y reclamar una solución, pues lo más probable es que tu "micro" esté defectuoso.
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